¿Otra historia más con cerveza de por medio?
Otra historia más con cerveza de por medio.
Hay un bar en Madrid que cualquier persona nacida en los 80 y criada en la periferia, debería conocer.
Estoy hablando de los Toledanos II.
Bueno, es más. Me atrevería a decir que incluso si vivías en el centro, alguna visita por el icónico bar de Campamento habrá caído en alguna ocasión.
Si no, siento decirte que tu juventud ha debido ser más triste que una carrera sin beca Erasmus.
No pasa nada, estás a tiempo. El bar sigue abierto, por si eres de esa gente dispuesta a vivir con treinta lo que no vivió recién estrenados los dieciocho, pero francamente no tengo ni idea de cómo será el rollo ahora.
Yo voy a hablar desde la nostalgia, así que permitidme que lo haga en pasado.
Los Toledanos II (ojo, nada que ver con Los Toledanos a secas) era a todos ojos, un establecimiento curioso.
Ni era bonito, ni se comía bien, ni tampoco se bebía especialmente barato. Sin embargo, encontrar una mesa un viernes por la tarde podía convertirse en una misión imposible.
Se podría decir que el local guardaba una estética funcional.
Techo de oficina.
Sofás de skay.
Taburetes negros.
Cómodo, austero. ¿Para qué más? Allí se iba a beber y no a hacerse fotos.
Los Toledanos II era un bar de barrio más, pero lograron algo extraordinario:
Volverse viral entre la muchachada antes de que existieran las redes sociales, y posicionarse como lugar de culto para cualquier jovencito/a de la ciudad al que le gustase empinar el codo.
¿Cómo lo hicieron?
Transformando algo común y al alcance de todos, en una experiencia diferente y que no ofrecía ningún otro establecimiento (al menos de la zona).
No había que ir a estudiar a Salamanca para saber que a la gente joven le gusta beber cerveza. De ahí el algo común y al alcance de todos.
Si los dueños de los Toledanos II se hubieran quedado solo en esa afirmación, probablemente no estaríamos hablando de esto. Habrían llamado a Mahou, Mahou les habría puesto un grifo, y poco más.
Un bar más del ecosistema madrileño.
Sin embargo, tuvieron una idea para conseguir transformar eso en una experiencia diferente.
Y sí, también tuvieron que llamar a Mahou. Pero una vez los barriles entraban en su local, amigo, la cosa cambiaba.
¿Cómo consiguió la gente de Los Toledanos II modificar la experiencia de algo tan ordinario como beber cerveza?
Modificando la manera habitual de servirla, en botella o vaso, por otra que encajaba perfectamente con el tipo de clientela que frecuentaba el bar: gente joven con hígado kilómetro 0.
Así nacieron los famosos metros.
Unos dispensadores que medían exactamente lo que prometía su nombre, y que rellenaban de cerveza o del maravilloso y prácticamente desaparecido calimocho #calimochoniolvidoniperdon
Así que te puedes imaginar.
Te traían aquel armatoste a la mesa, y hala, a gozarla.
Porque por aquel entonces molaba beber cerveza, pero hacerlo desde un tubo de plástico gigante era otro puto level.
Y lo de servirte tú cuando te diera la gana y poder ver cómo iba bajando el nivel de la cerveza era casi un sueño.
Así que, sí. Los Toledanos II y sus tubos lograron meterse en el bolsillo a gran parte de la juventud madrileña.
A los colegas que venían a Madrid de visita se les llevaba antes ahí que al Prado.
Y no hicieron nada del otro mundo.
Solo convertir algo común y ordinario, en una experiencia diferente.
Meter la cerveza en un tubo, nada más.
Hoy pensaba que tal vez todo se reduzca a eso.
Y utilizando esto como símil, si tu negocio es una cerveza, deberías buscarte un tubo que te convierta en extraordinario.
Para eso, hay que encontrar eso que tienes tú y ellos no. Lo que convierte tu negocio en algo único y lo diferencia de la competencia.
Eso que hacen que te vayan a elegir a ti, y no a otro.
Eso, son tus metros.
Analiza tu negocio y encuentra eso extraordinario. Si no lo encuentras, créalo. Y cuando lo tengas, explótalo.
Estás a tiempo.
Qué tiempos en los Toledanos!!!
Hola guapetona, eres demasiao.como te lo curras a ver si tienes suerte un beso.
¡Muchas gracias, tío! 😃
Me acuerdo cuando se puso de moda lo de beber cerveza en un tubo de plástico y lo hacían toooodos los bares de barrio. Parecía de lo más cool, y si lo piensas ahora era un poco cutre, ademas la birra se iba calentando 😅😅 Pero vamos, que explicar esto… Leer más »
¡Muchas gracias, Alfonso! A veces los mejores ejemplos los tenemos delante de nuestras narices y siempre nos vamos al Steve Jobs de turno. Todo era más fácil en los dosmil, aunque tienes razón: la cerveza se calentaba. No lo he dicho por no quitarle épica al invento, pero es totalmente… Leer más »