El Ogro de Andorra

Andrea VAM
Andrea VAM

Copywriting y estrategias de voz de marca
Huyo de los convencionalismos como de la cerveza caliente. Escribo cosas para que tú vendas. Me gustan los tacos (cocinados y hablados).

Anoche vi una película.

Esta película se llama “42 segundos” y cuenta la historia del equipo de waterpolo español los meses previos a las Olimpiadas de Barcelona 92.

Haciendo especial hincapié en la relación de sus dos líderes enfrentados: Manel Estiarte y Pedro García Aguado (el señor que luego ejerció de “Hermano Mayor”).

Manel, from Barcelona: el trabajo duro, la responsabilidad, la disciplina.

Pedro, from Madrid: el talento, la diversión, las drojas.


Lo único que aparentemente tenían en común era el equipo al que ambos pertenecían. Así que empiezan regulín.

El primero pilla al segundo volviendo de fiesta con polvito blanco en la nariz cuando están concentrados en Andorra (y no precisamente de la nieve que cae en las montañas), y no duda en comentarle este asunto al míster (Dragan Matutinovic, un tipo al que apodaron “El Ogro de Andorra” y famoso por sus sesiones extremas de entrenamiento en las que buscaba convertir en “gladiadores” a sus waterpolistas).

El caso es que el míster reúne a todo el equipo y comenta que Manel ha pillado a Pedrito puesto de cocaína, y que debería echarle del equipo de una patada en el culo, pero que no va a hacerlo porque Pedro es mucho Pedro y es imprescindible. Así que, para controlar que no se droje, decide que a partir de ese momento, Pedro y Manel compartirán habitación.

Pedro se enfada muchísimo y casi le parte la cara a Manel, pero no le queda más remedio que acatar la decisión del míster.

El resto es historia.

De esta peli se pueden aprender muchas cosas, pero vamos a centrarnos en una: la diferencia entre pensar y luego actuar; o actuar y luego pensar.

Mira, los chavales de la selección de waterpolo, cada uno de su padre y de su madre, no se comían un colín, porque antes de que llegara el Ogro de Andorra se dedicaban a contar chistes en el vestuario y poco más.

Manel estaba todo el día enfadao.

Y Pedrito, más preocupado por conseguir farlopa que por meter goles. O al menos, igual de preocupado.

Para cambiar todo esto y que llegaran a la final del 92, y ganaran el oro en el 96, hicieron falta muchas cosas, pero una fue especialmente importante:

Pensar que podían hacerlo.

Una frase de mierda, pero que te voy a puntualizar ahora mismo.

 

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Mira, en mi humilde opinión hay dos formas de hacer las cosas en esta vida:

En la primera, las piensas y luego las haces.

En la segunda, las haces, y luego piensas.

La primera no garantiza nada. La segunda lo garantiza todo.

Muchos negocios piensan que si cambian la mentalidad, cambiarán sus negocios, pero hay que hacerlo al revés. Primero cambia tu negocio para cambiar tu mentalidad.

Estos chavales tuvieron que pasar 4 meses entrenando 8 horas diarias y subiendo puertos de montaña por Andorra con el Ogro para llegar a pensar que podían. Jamás hubieran llegado a pensar que podían hacerlo si antes no se hubieran demostrado que eran unos titanes de cuidao.

(Spoiler: la peli es macha, muy macha).

Con la venta pasa igual. Entrenamos nuestra mente esperando el momento ideal para lanzar algo, cuando en el fondo lo único que hacemos así es ganar tiempo y dilatar la decisión, por pereza, por miedo, o por contar chistes en el vestuario.

En definitiva, para cambiar tu mentalidad, menos pensar y más actuar.

Contrata al Ogro de Andorra disfrazado de copywriter punk y consigue la acción que tu negocio necesita.

Feliz día.

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