Lo normal es que la gente que empieza un negocio online se pase el día buscando movidas en Google.
– Cómo ganar 1000 suscriptores.
– Cómo monetizar un blog.
– Cómo preparar un lanzamiento de una web para que sea un éxito.
Te lo digo porque me acabo de contemplar a mí misma buscando esto último. Y nada más hacerlo… uff, pereza.
Mira que internet nos ha dado cosas, sí, pero también nos ha vuelto terriblemente vagos e incapaces de hacer nada sin consultarlo antes.
Sin la red de seguridad que nos confiere que un Fulano ya haya validado algo, no somos nadie.
¿Para qué voy a darle yo al coco y pensar en cómo montaría un lanzamiento de algo si ya hay un tío que lo ha hecho y me lo cuenta en su canal de YouTube?
Es algo parecido a lo de que no sepamos orientarnos en nuestro propio barrio porque habiendo Google Maps, para qué.
A ver, que no digo que no esté bien consultar ese tipo de información. De los errores y aciertos de los demás podemos aprender mucho. Para eso están las formaciones que le compramos a gente que sabe más que nosotros sobre un tema que nos interesa.
Pero una cosa es eso y otra cosa es preguntarle a Google absolutamente todo antes de pararte a reflexionar un poquito.
Que la cabeza sirve para algo más que para llevar sombrero.
Google, ¿qué día va a hacer hoy?
Sal a la ventana y míralo tú, ostias.
Google, plan de entrenamiento para perder 5 kilos.
Deja de preguntarme mierdas, sal a correr y borra la app de Glovo.
Google, cómo saber si mi pareja me quiere.
No te quiere, José Luis.
Y así con todo.
Ya casi soy incapaz de imaginarme un mundo en el que en una discusión entre amigos por saber cuál es la capital de Moldavia no dure más de 30 segundos.
Siempre Google marisabidillo resolviendo polémicas.
Deja el puto móvil ya, hombre.
Que no pasa nada si te quedas sin saber algo, en serio. No se muere nadie.
Bueno, todo esto venía porque una vez más yo había vuelto a caer en la trampa de mirar en Google antes de pensar.
Y de que estoy preparando el “lanzamiento” de mi nueva web y no sé cómo me apetece enfocarlo.
He estado echando un vistazo a los resultados de la primera página de Google pero son posts de estos larguísimos que no apetecen y repiten lo mismo una y otra vez.
Además, lo que a otros les ha funcionado puede que a mí me resulte terriblemente aburrido.
Así que lo mismo opto por darle alas a mi creatividad.
Empapelar Gran Vía, mandar botellas de vino a mis suscriptores con la nueva imagen (ya te gustaría, ya…), hacer una campaña de intriga o directamente lanzar la web y ver qué pasa.
Sea lo que sea, pronto lo sabrás.
¡Feliz jueves!
P.D: Admito sugerencias de acciones facilonas que me aseguren el éxito. No vale buscar en Google, pillines.