Lo que nadie te cuenta sobre escribir

Andrea VAM
Andrea VAM

Copywriting y estrategias de voz de marca
Huyo de los convencionalismos como de la cerveza caliente. Escribo cosas para que tú vendas. Me gustan los tacos (cocinados y hablados).

La vida es eso que pasa mientras tratas de escribir algo que merezca la pena.

A veces el trabajo de escribir no es fácil.

Es frustrante.
Es obsesivo.
Te desquicia.
Te hace desear el mal.
Te pone enferma.

Quiero contártelo porque parece que nadie lo hace. Dedicarte a escribir es reconfortante, y a la vez una pesadilla.

No paro de leer blogs de gente que habla del copy como si esto consistiera en aplicar fórmulas matemáticas. Está claro que un poco de eso hay. Que se pueden aprender cosas muy valiosas que poder aplicar después a nuestros textos para que hagan mejor su trabajo. Ok.

Sin embargo, hay un mundo inmenso antes de eso. O después, no lo sé.

(Al menos como yo lo contemplo).

Escribir, aunque sea para vender, no va de hacer sota, caballo y rey. No va de AIDAS ni de esos rollos.

Eso te puede ayudar, cuando no te complica la vida.

Así que, el que te diga que escribir es aplicar una fórmula, se equivoca.

Escribir es saber transmitir.

Buscar conectar con otra persona a un nivel muy especial.

Que entienda lo que queremos decirle, lo asimile y lo haga suyo.

Esto es igual en un texto para vender cremas antiedad que en un best seller.

Yo que sé.

Escribir va de sacar lo que llevas dentro y ponerlo en una bandejita para que el otro lo devore. Y piense, joder, me has dado de lleno.

Qué cabrona.

Te he leído y me he visto.

¿Cómo lo has hecho?

Pues porque me he vaciado. Así lo he hecho.

En serio, escribir es eso.

Vaciarse para volver a llenarse.

Darle voz a los instintos más primarios del ser humano.

Meterse en la piel de tu tu lector o cliente, buscarlo en ti y regalarselo.

Se lo regalas, eso es.

Deja de ser tuyo.

Si no estás dispuesto a eso, olvídate.

Por eso es tan frustrante.

No todos los días puedes vaciarte si ya estás vacía.
No todos los días tienes por qué encontrar la inspiración.
No todos los días conectas con esa parte.

Pero los días que sí, oh.

Qué días.

Esos días no se cambian por nada.

Te lo juro.

Para mí escribir no es solo una manera de ganar dinero. Es un salvavidas. Y está peligrosamente atado a mi bienestar económico. Algo que me repugna y me acojona. Lo he prostituido, es así.

¿Y si en el futuro escribir para ganar dinero me acaba quemando?

¿Sería capaz de renunciar a escribir por dinero para salvar mi pasión?

No lo sé.

No.

Lo.

Sé.

Pero mientras tanto, qué puedo decirte. Que no pare, por favor. Que siga la fiesta.

Manda Salvar Andrea al 5555 o contrátame para vaciarme.

Eso es todo.

Feliz jueves.

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