Como no te encargues tú de tu puto negocio, nadie lo hará por ti

Andrea VAM
Andrea VAM

Copywriting y estrategias de voz de marca
Huyo de los convencionalismos como de la cerveza caliente. Escribo cosas para que tú vendas. Me gustan los tacos (cocinados y hablados).

Se viene post-colleja.

La semana pasada no escribí nada por aquí. 

Desde entonces, cada vez que pienso en ello siento un pellizquito de culpa judeocristiana. No por el hecho en sí de no haber dedicado tiempo a escribir. Sino por lo que supone no hacerlo.

(Lo de la culpa judeocristiana es algo que últimamente escucho y leo en todos lados. Así que no he podido resistirme a meterlo por aquí para parecer más inteligente).

El caso es que la semana pasada se me acumularon varias entregas de trabajos para clientes.
Curré más horas de las que me prometí currar en su día, y también perdí más pelo del que me gustaría.

Y de todo ese tiempo invertido en proyectos de personas que alquilan mi tiempo, no dejé ni un minuto para el más importante: el mío, joder.

Esto es muy común y lo he visto un montón de veces.

Perderse en la rueda del dinero “rápido” de los clientes y pensar pues “ya estaría”.
Creer que mientras haya personas dispuestas a pagar por tus servicios, todo irá bien.

¿Qué pasa entonces?

Pues que poco a poco empiezas a dejarte de lado. 

Mientras la rueda siga girando, qué importa que sigas mandando emails o no.
Qué importa que tu web sea una castaña.
Qué importa que te pierdas tú y pierdas de vista el objetivo para el que te metiste en esto.

Ya total, qué más da.

El dinero sigue entrando caliente en tu cuenta bancaria y eso es suficiente, ¿no?

Pues no debería.

Yo me imagino que todo esto tiene que ver con que los humanos estamos enamorados del corto plazo. Y que ponernos a currar en nuestro propio proyecto no nos aporta un beneficio inmediato.

Pero hacerlo en el de los demás sí lleva aparejado un precio.

Así que entramos en la ruedecita y somos como hámsters, incapaces de bajar de ahí y decir: eh, frena.

A lo que voy.

Si tienes un negocio, de lo que sea estoy segura de que en algún momento has tenido sentimientos parecidos. La típica tesitura que te pide posicionarte entre:

a) Invertir determinadas horas del día en avanzar en el proyecto de un cliente.
b) Invertir ese tiempo en trabajar para ti y tu negocio.

Si eliges siempre a) puede que en el corto plazo ganes algo de paz mental. La rueda da cierta estabilidad: entra cliente, sale, entra, sale, entra… Pero tarde o temprano sentirás que has perdido el control.

Que tú ya no tienes un negocio, sino que simplemente te dedicas a ofrecer servicios.

Pensar así puede quemar más que el cenicero de un Bingo.

Y acabar con negocios que prometían mucho, y se perdieron en la rueda clientelar para convertirse en “uno más” porque no tenían tiempo para pensar más allá.

Pues eso, que si tú no te preocupas por hacer crecer tu negocio, los demás intentarán que no lo hagas. Y es una pena.

Es todo.

Feliz martes.

 

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Alex
Alex

No me he sentido tan identificado con un texto desde hace tiempo.

De la colleja que me has dado me acabo de suscribir.

Alexis López Abreu
Alexis López Abreu

Esto es cierto, pero también lo es (y a veces pesa) la bendita presión social de cuando decides dedicar más tiempo a tu proyecto que al trabajo inmediato. Me pasa con un blog que tengo desde hace más de 10 años y apenas hace dos me dediqué, en serio, a… Leer más »

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